La empresaria paisa ha encontrado en el bienestar creativo el camino para que sus creaciones siempre tengan un propósito. Es una materializadora de sueños que a través de los mandalas, los oráculos, las cartas, las guías de viaje y los sombreros, conecta con el alma de las personas y camina para ser feliz.
La historia de emprendedora de Andrea Agudelo se remonta a cuando tenía ocho años, sus papás le ayudaron a abrir un negocio de dulces que compraba en el centro de Medellín y vendía puerta a puerta a sus vecinos. Después vendió helados, bisutería y accesorios. A los 13 años tuvo su primera tienda, a los 16 vendía y alquilaba máquinas de granizados y trajo su primer contenedor de China.
Hoy tiene un equipo de 15 personas, ha publicado más de 11 libros, y vendido más de 300.000 ejemplares de Mandalas para el Alma en diversos países y en plataformas como Amazon. Además, fue la primera empresa colombiana en ingresar a la cadena Whole Foods de Estados Unidos.
“Desde pequeña me han enseñado a trabajar, pero también a pensar en todo lo del ser, el crecimiento espiritual y el equilibrio. Estaba estudiando negocios internacionales, pero en séptimo semestre me di cuenta de que lo que me gustaba era el mundo creativo. Llevaba más de un año estudiando fotografía en paralelo y decidí salirme de la universidad para dedicarme de lleno a eso”.
Como fotógrafa estuvo al frente de producciones para personalidades del país, lo que le abrió un mundo nuevo en la creatividad, las relaciones y el pensamiento. Se fue a estudiar a Milán, a Barcelona, Londres y Nueva York, pero sentía que debía volver a casa por lo que regresó a Medellín.
“Entré a estudiar Mercadeo y venía de un viaje donde me conecté con los mandalas. Además, estaba pasando por una transición en mi vida donde ya estaba siendo muy exitosa en el mundo de la fotografía pero no sabía si era realmente a lo que me quería dedicar el resto de mi vida. Me obsesioné con los mandalas y cuando le cuento a mi mamá me dice que ella los ha pintado desde hace años”.
En esa época tenía 30.000 seguidores en redes y publicaba sus dibujos con el caption #MandalasParaElAlma, a las personas les interesaba saber dónde conseguirlos y su papá la retó de hacer su propio libro.
Sin saber nada de la industria, un día publicó en sus redes que ‘Mandalas para el Alma’ estaría en un mes al aire, pero no contaba con los tiempos. Luego de dos meses, y de invertir sus ahorros, tuvo en sus manos 1.000 libros que vendió en una semana. Su papá le dijo que debían producir ahora 2.000, para ella eran demasiados, pero también los vendió en una semana. En menos de dos meses se volvió Best Seller y por más de dos años estuvo en el top de ventas, todo de forma independiente, empírica y a los 23 años.

La emprendedora recuerda que su primer gran reto fue no contar con estructura empresarial, conocimiento en finanzas y tener que montar un equipo en tiempo récord sin saber nada de gestión. El segundo reto fue hacerse un lugar en el mercado porque las librerías grandes le cerraban la puerta al tratarse de una editorial independiente. Se hizo amiga de los vendedores de las tiendas buscando negocio. “Yo era una niña preguntando ‘¿tienen Mandalas para el Alma?’, y me decían sí, pero está agotado, y yo: mentiroso, ese libro es mío, sé que lo han preguntado y este es mi teléfono para que lo vendan aquí”.
Una gran editorial se acercó a ella al poco tiempo de lanzar el libro con la intención de comprar los derechos, pero por recomendación del papá no lo hizo. Su sorpresa fue cuando en la feria del libro encontró que esa editorial había sacado un libro idéntico, sin embargo, el de ella fue éxito en ventas.
PUBLICIDAD.
“Yo amo la competencia porque me vuelve más creativa. Y entendí que yo no vendo libros, yo vendo experiencias para el ser. Ahí entiendo que debo explotar la creatividad para ofrecer un abanico de opciones en el mundo offline, online, todo pensado para mis comunidades, al final la experiencia es mi gran tesoro porque yo no soy libros de mandalas, soy bienestar creativo”.
Otro reto que cuenta es el de ‘empezar de cero’ con cada nueva línea de negocio en la que emprende. Que el mundo editorial es muy distinto al de los sombreros o el de las experiencias, por lo que está constantemente creando modelos de negocio que la obligan a pensar en canales de distribución diferentes, targets diferentes, propuestas de valor diferentes y estrategias diferentes.
Sus consejos para emprender
La emprendedora dice que lo primero es lanzarse al vacío y tomar riesgos, que, aunque puede que funcione, o no, hacerlo con pasión y una meta clara es motor para intentarlo con responsabilidad y con sensatez. Y agrega que a la hora de emprender no se puede tener todo perfecto para salir al mercado porque eso termina frenando los sueños.
“Cuando uno emprende es todero al principio, es el vendedor, el que empaca, el de logística, comunicaciones, somos absolutamente todo, y en medio del camino nos damos cuenta cuál es el rol que más nos identifica. El mío es de directora creativa, no me gusta la logística, lo administrativo o el manejo de personal. Si hago lo que me apasiona voy a poder potencializar la empresa”.
Su tercer consejo es rodearse de coequiperos que complementen a la persona o al emprendedor para crear equipos imparables. Además, que es clave tener mentores, que pueden venir en forma de personas, de libros, de videos, conferencias, capacitaciones, esto porque la mente de un emprendedor debe nutrirse todo el tiempo ya que los mercados cambian y también deben hacerlo las propuestas de valor.
¿Qué viene hacia el futuro?
En el mediano y largo plazo seguirá enfocada en el tema editorial y quiere crecer mucho más. Seguir creando libros de bienestar es algo que le apasiona, crear más guías de viaje, colaboraciones con marcas, de hecho, acaba de lanzar una grande con una marca de accesorios donde produjeron más de 10.000 unidades inicialmente, y está trabajando en paralelo en diversos proyectos que le apasionan.
Otra de sus grandes apuestas será su línea de sombreros inspirada en su abuelo, pero revela que quiere que esta sea pensada para llegar al mercado del mundo, que, si bien van a ser de producción nacional porque le encanta el trabajo colombiano, quiere salir a nuevos horizontes.
“Quiero ir más para afuera, quiero explorar más Latinoamérica, Estados Unidos, Europa, sobre todo con la marca de sombreros. Lo mismo con el mundo editorial, lo hemos explotado muy bien acá y en México, pero sí quiero que, en lo que viene, Andrea Agudelo se vuelva una marca para el mundo”.