Este año es 19.000 millones de dólares más rica después de que la cotización de las acciones de L’Oréal creciera un 20%. . La fortuna de esta heredera de 70 años llega a 99.500 millones de dólares.
Por cuarto año consecutivo, la heredera de L’Oréal, Françoise Bettencourt Meyers, escritora y ávida pianista, se afianzó como la mujer más rica del mundo.
La mayor parte de la fortuna de esta heredera de 70 años, estimada en 99.500 millones de dólares, se basa en la participación de casi 35% en el gigante francés de la belleza L’Oréal Group que posee junto con su marido y sus dos hijos.
Este año es 19.000 millones de dólares más rica después de que la cotización de las acciones de L’Oréal creciera un 20%. Lo que la transforma en la mujer que más ganó, en dólares, de la lista de multimillonarios del mundo de Forbes este año. Bettencourt Meyers se sitúa justo por debajo de los 14 miembros del club de los 100.000 millones de dólares, a medio billón de dólares de unirse a esa élite.
Nieta del fundador de L’Oréal, Eugène Schueller -el parisino detrás de la invención del tinte para el cabello seguro de usar- Bettencourt Meyers se presentó por primera vez en la clasificación de Forbes de los más ricos del mundo en 2018, entonces con un valor estimado de 42.200 millones de dólares tras la muerte de su madre, Liliane Bettencourt, en 2017.
Desde su debut, el precio de las acciones de la empresa se disparó un 150% y su fortuna fue más que duplicada.
L’Oréal es una de las mayores empresas de cosmética y belleza del mundo, con unos ingresos de 44.000 millones de dólares (41.000 millones de euros) en 2023 procedentes de tres docenas de marcas, entre ellas Maybelline, Kiehl’s y Lancôme.
La empresa, de 115 años de antigüedad, apenas envejece; se mantiene al día mediante adquisiciones y publicidad de moda. El verano pasado, L’Oréal completó la adquisición de la marca de belleza australiana Aesop en un acuerdo que valoró la marca en 2.500 millones de dólares, añadiéndola a su categoría de belleza de lujo, que incluye marcas como Yves Saint Laurent y Armani Beauty.
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Kendall Jenner fue nombrada rostro global de la marca en julio, la más reciente incorporación a una lista de embajadoras plagada de estrellas que incluye a Viola Davis y Kate Winslet.
A pesar de reinar sobre un imperio de tan alto perfil, Bettencourt Meyers escapa de los focos. Se la describió más como discreta y académica que socialité. Se dice que toca el piano varias horas al día y que es autora de dos libros, uno con comentarios sobre la Biblia y otro sobre los dioses griegos. Aun así, el ascenso de Bettencourt Meyers a las filas de los más ricos del mundo no se produjo en silencio.
Saltó a los titulares en 2007, cuando presentó una denuncia penal contra François-Marie Banier, un viejo amigo de la familia y fotógrafo de famosos. Ella alegó que él manipuló a su madre enferma para sacarle más de 1.000 millones de dólares en arte, dinero en efectivo, bienes inmuebles y otros regalos.
El juicio terminó con un veredicto de culpabilidad y una condena de tres años de prisión; en apelación, Banier recibió una condena condicional de cuatro años y se le ordenó pagar una multa de unos 420.000 dólares.
El calvario también dejó una distancia muy pública entre la aristócrata de L’Oréal y su hija. En 2011, Bettencourt Meyers fue nombrada por un tribunal tutora legal de su madre después de que a la difunta heredera se le diagnosticara Alzheimer.
Desde que pasó a formar parte de la lista Forbes de multimillonarios del mundo, Bettencourt Meyers siguió ampliando su fortuna.
Preside el holding familiar Téthys Invest, a través del cual respaldó numerosos proyectos, entre ellos el operador francés de hospitales privados Elsan. La residente en París es también presidenta de la Fundación Bettencourt Schueller de su familia, que fomenta el progreso francés en las ciencias y las artes, dando dinero y premios a proyectos relacionados con el progreso social.