Jubilee, Harris, Gripp, Rocky, Erin, Poppy y Merlina son los nombres de los siete defensores más importantes del Imperio Británico. Y no, no se trata de supersoldados a la orden del rey Carlos III, sino de otro tipo de protectores que, además, pueden volar. Son los cuervos de la Torre de Londres.
De acuerdo con la leyenda, el trabajo del astrónomo real John Flamsteed, quien vivió entre 1646 y 1719, era obstaculizado por la gran cantidad de cuervos que existía en las inmediaciones de la Torre Blanca de Londres, por lo que le pidió al rey Carlos II eliminarlos.
Aunque en un principio el monarca accedió a eliminar a los emplumados, su consejero real le dijo que, si no quedaban al menos seis cuervos en el sitio, tanto la Torre de Londres como la monarquía caerían, sumiendo al reino en una sangrienta guerra que culminaría con su desaparición.
Carlos II rectificó y decretó que siempre debe haber por lo menos seis cuervos de guardia, los cuales son cuidados por los beefeater, un escuadrón muy particular de soldados cuya responsabilidad es cuidar, alimentar y proteger, de ser necesario con su vida, a los alados defensores.
La Torre de Londres es uno de los sitios de defensa más antiguos del Imperio Británico. Se dice que fue erigida en el año 1067 por el rey Guillermo el Conquistador, y en ella se guardan valiosas piezas de la historia local.
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Y aunque la tradición aconseja que al menos media docena de cuervos se encuentren en la zona, no siempre ha sido así. Durante la Segunda Guerra Mundial, solo uno de ellos permaneció en su guarda, mientras que sus compañeros fueron capturados o asesinados.
En los tres siglos que ha perdurado la tradición, solo dos cuervos han protagonizado episodios que los han llevado a su expulsión. El primero de ellos, llamado Grog, salió de la Torre para ir a parar a un pub cercano, llamado “Rose and Punchbowl”, en 1981, mientras que el segundo, de nombre Jorge, fue degradado de su rango militar públicamente y exiliado a un zoológico de Gales, en un evento que se transmitió por televisión en el 86.
Los cuervos son animales carnívoros que en muchos lugares del mundo son considerados de mal agüero. En este sitio, sin embargo, se les cuida y se les arrancan algunas plumas de sus alas para que no puedan escapar de la Torre.
“Los cuervos consumen 170 gramos de carne cruda y alimento para aves mojados en sangre todos los días. Una vez a la semana, se les da un huevo y, ocasionalmente, un conejo, el cual se les da con todo y piel, la cual les hace mucho bien.
“Ellos también disfrutan escabullirse en la cocina de la Torre; ¡les encanta particularmente el pan frito!”, señala Chris Skaife, encargado del bienestar de los preciados cuervos de la Torre de Londres.