Tras el premio recibido por su cortometraje “La noche del minotauro”, la directora reflexiona sobre la cinematografía colombiana.
“Cuando mencionaron mi nombre en el auditorio no lo podía creer. No sabía qué decir”, comenta esbozando una sonrisa Juliana Zuluaga, cineasta colombiana, al recordar el momento en el cual obtuvo el premio de Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata 2023, en Argentina.
Sin grandes expectativas, ella decidió participar con La noche del Minotauro, proyecto que surgió a partir del uso de archivos fotográficos. De esta forma consiguió crear una especie de cuento fantástico, como ella misma lo describe.
“Este corto nos muestra un trabajo de autor con el archivo empleado y un espíritu rebelde que nos hace descubrir un pasado invisibilizado”, fueron los argumentos del jurado para entregar el reconocimiento.
Juliana deseaba con ímpetu proyectarlo por primera vez en Mar de Plata, porque en los últimos años ha reflexionado, en reiteradas ocasiones, sobre la validación de los festivales europeos y las películas latinoamericanas.
Desde una habitación en Argentina, la conversación con Forbes Life deriva en un cuestionamiento sin cortapisa sobre la relevancia de estos encuentros cinematográficos.
“Tengo muchas preguntas alrededor de eso. Me parece un tema complejo. Por un lado, me molestan algunos procesos en el cine en donde se mueven muchos egos, el tema de posar, del reconocimiento y validar lo que haces a partir de ello. Eso genera inseguridad y frustración, todo el tiempo, al estar compitiendo y comparándote con los demás”.
En contraparte, la cineasta colombiana reconoce que los festivales también son una ventana importante para mostrar las obras y, al mismo tiempo, posicionarlas como plataformas a través de las cuales es posible generar conversaciones serias sobre los temas que verdaderamente le interesan a cada realizador.
NUEVOS CAMINOS
La dificultad para hacer cine en Colombia es parte de los asuntos que Juliana explora durante nuestro encuentro. Esa limitante la llevó a crear en 2013 Crisálida Cine, junto con Tiagx Vélez. Se trata de un pequeño estudio cinematográfico con sede en Medellín, a partir del cual han podido desarrollar distintos proyectos como Presagio, Bajo tu sombra, Caída libre o Sodoma, la mujer de la luna.
“A medida que ha pasado el tiempo hemos ido teniendo una búsqueda con ciertos asuntos políticos, el feminismo, la disidencia y las temáticas queer. Cuestiones muy radicales. Y nuestro cine se ha caracterizado por eso”, comenta la cineasta colombiana
“Sí creo que uno puede producir cintas de una gran manufactura, pero que no necesariamente sean bajo la forma de producción establecida industrialmente”
Juliana Zuluaga, cineasta colombiana
Uno de los problemas más grandes para hacer cine en Colombia, asevera, es el hecho de querer emular el cine de Hollywood. “Es muy loco, porque deseamos hacer películas a partir del ejemplo y el espejo de una industria con mucho dinero, mientras estamos en países latinoamericanos que no tienen esos recursos financieros”.
Desde su perspectiva se debería encontrar una forma propia de hacer cine, con las posibilidades que se tienen, la creatividad que pueda surgir y nuevas formas de organización. “Eso no quiere decir que las películas tengan que ser, todas, documentales. Sí creo que uno puede producir cintas de una gran manufactura, pero que no necesariamente sean bajo la forma de producción establecida industrialmente”, resalta convencida de que caminos aún inexplorados.
Mientras eso sucede, en Crisálida Cine buscan concretar una meta largamente anhelada: producir sus primeros largometrajes, los cuales podrían empezar a rodar en 2024. El primero de ellos será un híbrido entre ficción y realidad dirigido por Juliana y estará enfocado en un grupo de mujeres que han vivido experiencias de aborto. El otro abordará (bajo la dirección de Tiagx Vélez) el impacto de una desaparición, por medio del género de ficción.
La idea de comenzar a filmar ambos proyectos en poco tiempo ocupa gran parte de sus días en busca de encontrar la manera de forjar propuestas, fieles a su estilo creativo, para visibilizar el cine colombiano.