Es imposible no pensar en un espacio libre de los espejos, pues así como se encuentran en establecimientos para darle un toque de decoración al local, en nuestro hogar es posible encontrarlos en recámaras, baños, salas e incluso en el comedor, eso sin mencionar sus versiones más pequeñas que siempre se guardan en los bolsos de mano. Y es que estos objetos son indispensables para la vida diaria, pues suelen ayudar a los conductores para tener una mayor visibilidad e incluso para determinar si una prenda luce perfecta.
De ahí que no sorprende querer verlos por todos lados y esto puede ser un gran error, especialmente para las personas que creen en la influencia de las energías en su persona y entorno. ¿La razón? que para muchas culturas y creencias los espejos representan una larga lista de complejidades que van desde supuestos portales hasta verlos como una forma de atraer la suerte, mientras que oreos más los ven como una mera forma de decoración con la cual llena una habitación de iluminación. Sea cual sea el caso, siempre se pueden usar sabiamente bajo las recomendaciones como las del Feng Shui, una técnica que cada vez está más en tendencia.
Con este sistema filosófico chino de origen taoísta lo que se busca es que lugares de la casa e incluso de la oficina se ocupen de una forma consciente y armónica, pues de esta forma también se consigue una influencia positiva que ayuda a llenarlos de buenas energías o atraer la suerte y la fortuna. Aunque hay mucho más qué decir de esta técnica, puede ser una de las mejores alternativas para que encontrarle el mejor lugar a los espejos dentro de la casa para así cumplir con todo lo anterior.
Y para ello es importante entender que según el Feng Shui, estos objetos que reflejan nuestro entorno son una forma de fomentar el movimiento, la iluminación e incluso la fluidez de energía en un lugar. De ahí que hay lugares estratégicos en los cuales se pueden colocar. Asimismo, se debe de saber que hay otros que resultan poco favorecedores y que pueden llegar a influir de manera negativa en todo lo anterior y con ello romper con la armonía.
No deben ir cerca de las escaleras
Aunque es común que los descansos de las escaleras se utilicen para colocar un espejo de gran tamaño que sirva tanto para iluminar como para que los visitantes puedan mantenerse atentos a su imagen e incluso a lo que les espera tanto en las plantas superiores como inferiores, lo cierto es que con este sistema filosófico no se recomienda este espacio para su colocación.
De acuerdo con la creencia, los espejos no deben de estar ni siquiera cerca de las escaleras ya que se corre el riesgo de que se reflejen y con ello romper la armonía de la casa. La principal razón de ello es que la energía puede quedar «atrapada» en ellos de tal forma que se quede estancada y con ello también se frene la fluidez que señalamos arriba.
¡Olvídalos en las recámaras!
Otro error muy común es tenerlos dentro de las habitaciones de la casa y si bien este lugar no está prohibido del todo según el Feng Shui, se deben de tomar en cuenta ciertas características antes de colocarlos. Un truco que puede ser de utilidad es evitarlos en recámaras pequeñas, ya que se corre el riesgo que la cama se termine reflejando en él, algo que nuevamente evita que la fluidez de energía ocurra de forma correcta e incluso afectarte cuando vayas a dormir.
Así que antes de darle un espació en tu cuarto, procura que no esté cerca de la cama, ni encima de ella ni mucho menos que se refleje. Así que puedes optar por diseños pequeños y colocarlos lo más alejado de esta zona, o bien, dejarlos dentro del clóset. Pues tampoco se recomienda que queden cerca o detrás de las puertas.
Aléjalos de las puertas
Tal y como adelantábamos arriba, los espejos deben de mantenerse alejados de las puertas, de tal forma que hay que evitar colocarlos sobre ellas, ni enfrente o atrás de ellas. Asimismo, si una puerta refleja a un pasillo amplio y el espejo se coloca al final de éste, se puede caer en uno de los errores de armonización de la casa.
Y es que al igual que en los casos anteriores, el abrir y cerrar las puertas permite la entrada de la energía positiva y la salida de la acumulada, de tal forma que al tener un espejo cerca, todas ellas quedan atrapadas sin la posibilidad de llegar a otros rincones del hogar.