Marc Jacobs Como cada año, la Semana de la moda de Nueva York llegó y se fue, con su seguidilla de desfiles repartidos por toda la ciudad, los cientos de fotógrafos agolpados en todas las esquinas y otra cantidad de detalles que tal vez les contaré más adelante en otro post. Con Nueva York arranca un mes frenético de desfiles y eventos que las editoras de moda de todo el mundo siguen al detalle, y que nosotros seguimos desde nuestras pantallas con atención (con excepción de algunas felices ocasiones en las que podemos asistir). Y esta vez, la temporada de definir las tendencias para la primavera de 2020 empezó con un contendor muy fuerte: el power suit.
Desde hace varias temporadas venimos viendo una presencia muy importante del traje femenino en las diferentes propuestas de los diseñadores, pero esta vez el traje estuvo presente en la mayoría de las colecciones que reseñamos y con una diferencia muy interesante: las botas de los pantalones. En los últimos dos años, el traje ha sido importante en el vestuario femenino (recordándonos ese ‘power suit’ de los años 70 con el que las mujeres reclamaban ser tomadas en serio en las oficinas) y presentado con pantalones de bota recta o incluso aquellos que terminan en el tobillo. Esta vez, los pantalones de bota ancha (hola otra vez, años 70) hacen una reaparición de la que yo estoy enamorada. También hubo mucho amarillo (otra cosa que me encanta), y muchos mensajes políticos, además de una mezcla entre ‘business casual’ y ‘florals for spring’ que funciona mucho. En este post les mostramos nuestros favoritos.
O sea, ustedes saben que yo no soy imparcial con él. Sin embargo, desde el año pasado, mi querido Marc se viene reivindicando después de un par de temporadas en las que parecía no encontrar su musa. Y para la primavera del 2020 no solo propuso un sinfín de tendencias vibrantes e inteligentes, sino que además le dio en el corazón a los asistentes con una triste coincidencia: su show en 2001 fue exactamente la noche anterior de la tragedia de las Torres Gemelas, en Nueva York. En este desfile, 18 años después, Marc dedicó su show a los que ya no están.
«Una celebración de vida, optimismo, felicidad, indulgencia, sueños y un futuro incierto mientras continuamos aprendiendo de nuetsro pasado y la historia de la moda». Y vaya que celebró la moda. Marc presentó una colección con amarillos, verdes, azules y estampados todos mezclados en arcoiris de color y representados en vestidos de gran volumen para esa mujer estridente que todas queremos ser.
No es muy común que una marca de marroquinería presente una colección llamativa y coherente, pero cuando tienes una directora creativa como Sophie Delafontaine, quien llevó a la marca al icónico Lincoln Center de la ciudad de Nueva York a la mitad de la tarde para mostrar una colección que se inspiró en todos los colores del sol, desde el amanecer hasta la puesta. Lo más cuiroso de todo es que aunque la referencia fuera obvia, en este caso todo fue muy sutil. Hubo por ejemplo, muy pocas tonalidades amarillas, y si muchas azules, cafés y rosa… simbolizando el color del cielo al ponerse el sol.
Cuando vi esta colección pensé en Melissa para la mitad de los looks. Y también pensé en Blair Waldorf y todas las mujeres ‘girly’ que conozco. Pero también pensé en mi, que normalmente no comulgo con el exceso de femineidad en las piezas de Tory Burch. Por eso incluí esta colección aquí, porque tiene un balance perfecto de flores, femineidad y ‘chica cool’. Esa que se pone un vestido estampado con tenis y de pronto si hace frío le pone una chaqueta de cuero. Hubo pantalones al tobillo, otros de bota ancha, lazos gigantes y lunares, muchos lunares. Y estamos aquí para verlo.
Cuando se trata de glamour norteamericano, nadie lo hace mejor que Ralph Lauren. También es que nadie más puede darse el lujo de presentar una colección atrás de lo que lo hace todo el mundo (la marca presentó Otoño-Invierno 2019 en vez de Primavera 2020). Para esta ocasión, Ralph Lauren decidió convertir su pasarela en un elegante club al mejor estilo de los años 20 y 30 y pidió a sus invitados un estricto código de vestuario en blanco y negro, que Eva Chen decidió seguir con una SUDADERA de Marvel comprada en Target (no, no lo voy a superar nunca).
Otra de las cosas maravillosas en las que está haciendo avances la moda es en la inclusión. Y lo hace de la mano de creadores como Cristian Siriano, uno de los pioneros en llevar modelos de todas las tallas a sus pasarelas, mostrando que la moda puede y debe ser para todos. En esta ocasión. Siriano llevó a la artista plástica Ashley Longshore para que retocara algunos de sus cuadros en la pasarela, mientras algunas de las modelos de estos mismos cuadros, como Coco Rocha, desfilaban.
Todo el desfile fue una oda a la extravagancia en tonos pasteles, toques de escarcha y mucho tul. Cristian viste a la mujer para el glamur y el poder, y por supuesto no olvidó el traje en medio de esa premisa, mostrándonos cómo se ve el traje en todas las tallas que no estamos acostumbrados tener en cuenta. Aplausos también para el ‘styling’ de esta pasarela, con un maquillaje estilo ‘Euphoria’ que grita originalidad.
Igual que Cristian Siriano, Maxwell salió alguna vez de Project Runway y en los últimos años ha construido su nombre en las alfombras rojas y del brazo de celebridades como Lady Gaga. Lo que no habíamos visto hasta ahora, era el lado ‘casual’ del diseñador, un lado que por demás no muchos creadores exploran. En una de las colecciones más largas de NYFW, Brandon Maxwell mostró 67 looks entre los que se contaban opciones patra hombre y mujer, así como una buena cantidad de denim combinado con tops y prendas más glamurosas que hacían una gran combinación.
Mención especial a los looks de vestido largo con jeans, al mejor estilo de la vibra noventera que se ponían las chicas de mi colegio. Otra mención especial a las diferentes versiones del ‘power suit’ que también mostró en modo shorts (pensando en las más arriesgadas para el verano) y en los pantalones anchos que se robaron mi corazón.
Prabal Gurung
‘¿A quién le corresponde ser americano?’ fue la pregunta que se hizo Prabal Gurung, un diseñador inmigrante de Nepal que fue el encargado de hacer la declaración de moda y polìtica más clara del momento. Hace unos meses, el diseñador planeaba celebrar el décimo aniversario de su marca en el novedoso Hudson Yards, propiedad del millonario Stephen Ross, quien está organizando una serie de recaudaciones de fondos para Donald Trump, algo que claramente va en contra de los que Gurung piensa, así que evidentemente cambió de locación.
Y para su desfile, decidió hacer un recorrido por toda la tradición de costura norteramericana: «desde sporstwear a vestidos de noche», como él mismo lo dije. Y fue muy literal: la colección tuvo desde enterizos de inspiración utilitaria, pasando por la estrella de la temporada, el traje, y por supuesto, vestidos de noche coronados con flores y bandas de concursantes de belleza, al mejor estilo de Miss América.
Cuando la diseñadora venezolana decidió dejar las riendas de su firma, muchos estuvieron preocupados porque la esencia de la marca se perdiera. Pero al ver el trabajo de Wes Gordon, esas dudas se disipan porque el diseñador ha sido el encargado de llevar un legado significativo para la moda, y al mismo tiempo introducir de a poco cambios que refrescan la marca. Vogue señaló, por ejemplo, la presencia de invitadas como Vannesa Hudgens y Angel B. Curiel, de Pose, como una muestra de lo diferentes que están siendo las áreas VIP de la casa.
El nuevo director de la mesa directiva del CFDA entró a mandar con un claro mensaje: no se puede ser más neoyorquino. A pesar de que el diseñador de hecho nació en Nueva York, su carrera siempre se había direccionado más hacia Europa (de hecho ni siquiera tenía residencia en la Gran Manzana) y después de su nombramiento, se le pedía una declaración de pertenencia. Y ¿qué es más neoyorquino el metro? Exacto, nada.
Así que Ford se llevó a sus invitados a una estación de metro para mostrarles su nueva colección, que tiene todo eso que nos gusta de él pero en dosis moderadas a manera de compilación: siluetas estructurales (Ford es arquitecto de profesión), sexualidad explícita con moldes cromados en los pechos de las modelos y, por supuesto, trajes. Todo en una paleta envuelta de negro pero con fuertes acentos de fucsia, verde y azul, y maquillaje y peinados que gritan actitud de mujer fuerte y segura, dueña de la ciudad.
Esa es nuestra selección de la primera capital del ‘fashion month’. Ahora siguen Londres y París, y tendremos reportes para ustedes.¡Atentos!